Portada de revista con título en letras grandes y un dibujo de un barco con velas, navegando en el agua. En la parte inferior, número 3, agosto de 2025.

El verano se asocia a una felicidad que termina por adherirse a la realidad en la que se materializa. Los destinos vacacionales se configuran así como depositarios de nuestra dicha: son los lugares donde fuimos felices.

Cine

Una pareja joven de pie junto al mar, ella mira hacia abajo y él mira hacia ella, fondo de cielo y mar.

Gaspard y Margot viven su verano en un paréntesis entre un pasado de estudios que acabó y un futuro de trabajo que aún no tienen que abordar. Todo es el ahora de una mirada, de una conversación, del roce de una mejilla; un juego de camaradería, aprendizaje y seducción

Libre albedrío

Dos mujeres jóvenes vestidas con ropa antigua, una de ellas sosteniendo un machete, en un entorno al aire libre de tierra y vegetación.

En este caso particular, el interés por bucear en su infancia se intensifica, ya que estas dos extraordinarias artistas, conocidas como la escritora Virginia Woolf y la pintora Vanessa Bell, eran hermanas.

En torno a ellas se aglutinó, desde muy jóvenes, uno de los grupos de artistas e intelectuales más brillantes, talentosos, adelantados a su tiempo y auténticamente libres que han existido nunca: el grupo Bloomsbury.

Paisaje rural con árboles de tronco blanco en un prado verde y colinas en el fondo, cielo azul con nubes rosadas.

Habría que vivir todos los veranos mediterráneos posibles, que saber a sal todos los días de la vida. Tener varias terrazas, entre pinos, orientadas cada una para cada viento posible. Agasajar invitados siempre que se quiera, salir a navegar a antojo, comerse todos los higos de la comarca.

Una maqueta de la antigua ciudad de Jerusalén con el templo en el centro, rodeada de muros y calles con edificios.

Ese acto, tan simple y tan humano, nos recuerda algo esencial: la necesidad de crear lugares cargados de significado. En el juego del niño hay una intuición profunda, casi sagrada: dar forma al mundo, aunque sea por un instante, se trata de una manera de entenderlo, ordenarlo y luego habitarlo.

Libros

Vista de una calle estrecha en Barcelona con un puente gótico que conecta dos edificios antiguos.

La toma de conciencia de la finitud de la existencia hace brotar ese sentimiento de dolor. Surge de esta forma el símbolo como el asidero que otorga al tiempo una cierta permanencia y, a su vez, es la percepción de los símbolos la que capta, en palabras de Gadamer, “la permanencia en lo fugitivo”.

Imagen con letras grandes y de estilo rústico en color crema sobre fondo terracota que dice "LT" y debajo, en letras más pequeñas, indica "#3 Helena o el mar del verano". En la parte inferior, línea de un patrón de líneas cortas y largas en color crema sobre fondo beige.

Helena o el mar del verano, Julián Ayesta

Este libro, la única novela de Julián Ayesta, es una joya por descubrir, o revisitar. El relato soñado de los veranos de la infancia. Los primos, la playa, el escuchar las conversaciones de los padres en el salón. Con apenas 90 páginas, es el librito de verano perfecto.

Aprovecha a leerlo, y a oír esta tercera entrega de nuestro pódcast Club de lectura La Tenada, en el que comentamos el libro.

Arte

Ventanas del interior de una embarcación con la luz del sol al amanecer o atardecer.

El llaut es la embarcación balear. Una barca preparada para la pesca y para navegar a vela latina. La estampa de los llauts, los pinos que vigilan la playa de es Trenc, la Torre de Son Durí desde el mar es inconfundible; entonces, y ahora.

Selección de fotografías

Figura humana con cuerpo pintado y cubre cabeza en un paisaje nevado con árboles y perros

Mankasen, cazador de sombras

Exposición: Voces de la Patagonia. Colección de fotografía Martin Gusinde.

Consejo Editorial

Hasta el 28 de agosto, en Santander, se puede visitar por primera vez en España esta colección, una de las más valiosas de la historia de la fotografía, a mi modo de ver. No se la pierdan, les impresionará.

Escenarios

Estante de libros al aire libre con varias estanterías llenas de libros, junto a una señal de tránsito en un área natural con vegetación.

Javi Gomá

Para poder disfrutar de esa libertad con la serenidad que merece, los seres humanos hemos creado un periodo inamovible, en el que todo lo relativo al tiempo ocupado se paraliza para otorgarnos la libertad plena: el verano.